Crónicas desde Oriente Próximo. Esperando al Invisible
Sur de Israel-“Así se adquiere capacidad de disuasión y superioridad aérea. El caza de combate estará 30 o 40 años en servicio. Por estos y otros motivos, no se trata de una inversión tan cara como parece”. De esta forma, el ex jefe de la Fuerza Aérea israelí, Eitan Ben Eliahu, justifica la adquisición de armas más cara en los 62 años de historia de su país. El caza de combate F-35. Invisible en los cielos y muy visible en la factura de compra.
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/orienteproximo/2010/10/14/esperando-al-invisible.html
“Es el sueño de todo piloto. Entiendo que muchos critiquen su precio pero tener uno de estos aparatos te garantiza la superioridad tecnológica en la que se basa en parte la existencia de Israel”, nos dice un piloto en la reserva.
En una de las bases aéreas al sur del país, siguen los entrenamientos diarios. Ninguno de los que están en servicio quiere ni puede hablar del coste de los 20 cazas de combate F-35 Lightning II, los modernos aparatos de la compañía estadounidense Lockheed Martin. Tras muchos años de dudas y negociaciones, Israel ha firmado. Precio de cada avión: 97 millones de dólares. Coste del paquete que incluye simuladores, piezas de recambio e instrucción: 2.750l millones de dólares. Llegada prevista del primer caza “invisible”: 2015.
Entre vuelo y vuelo, en la base prefieren comentar el último curso (tres durísimos años) que finaliza en dos meses y donde por primera vez desde julio del 2008 tres chicas se convertirán en pilotos. Desde que el curso se abrió para ellas en los 90, 19 mujeres se han convertido en pilotos. Una de ellas, una joven de 22 años convertida en piloto de combate nos decía hace unos meses: “Cuando estás en la cabina, tienes una responsabilidad tan grande que debes mostrar máxima concentración. Da igual si eres una mujer o un hombre. Demostramos que las mujeres también podemos ser pilotos. Aunque a veces nos hacen bromas como cuando piloté con una compañera y al aterrizar, los chicos bromearon preguntando quién nos había ayudado a aparcar en la pista”.
Sobre el F-35 ni una palabra. Para eso está el ministro de Defensa, Ehud Barak: “Nos dará una mayor capacidad en los círculos cercanos y externos de tal forma que permitirá reforzar la seguridad de Israel”, afirma Barak aludiendo los retos cercanos (Líbano y Gaza) y externos (Irán).
El ministro sirio de Exteriores, Walid Mualem, ha advertido que la adquisición de estos aviones “amenaza seriamente la seguridad y estabilidad de la región”. Según él, “la cuestión hoy no es conseguir que Netanyahu congele la construcción en las colonias sino que el acuerdo de armas amenaza la seguridad de los países árabes”.
Tras dos semanas de entrenamiento en Estados Unidos donde realizaron varios vuelos con el F-35, varios pilotos israelíes volvieron con una sola conclusión: “No se trata de otro avión de combate sino de otro mundo”. Para que pudieran hacer uso de los modernos sistemas a través del simulador, Estados Unidos exigió Israel la firma de un acuerdo en el que se comprometían a la confidencialidad.
Los aparatos irán sustituyendo gradualmente los F-15 y F-16 israelíes. El desarrollo del F-35 es un ambicioso proyecto encabezado por EE.UU que cuenta con la participación de varios países. El monoplaza puede ser usado tanto para soporte táctico como combate y tiene la “virtud” de burlar con facilidad los radares del enemigo.
Lo que no burló fue el radar del ministerio de Economía que mostró resistencia ante el elevado coste. En la cúpula militar, algunos oficiales no estaban muy convencidos. Aunque admitían las cualidades espectaculares del caza de combate, consideraban la compra como “muy cara e innecesaria” teniendo en cuenta que Israel dispone ya de la Fuerza Aérea más preparada de Oriente Próximo. Los que estaban a favor de la compra recuerdan que gran parte de la inversión proviene de la ayuda anual de Estados Unidos, cifrada en unos tres mil millones de dólares.
Más allá del precio, si el objetivo es el programa nuclear iraní, cuando llegue el primer caza, Irán teóricamente tendría ya lo que tanto temen en Israel.
La principal discrepancia entre el Pentágono, la compañía Lockheed Martin e Israel radicaba en la exigencia de ésta de dotar sistemas propios en los cazas. Al final, los primeros 20 cazas no serán “modificados” por la Fuerza Aérea israelí pero si en el futuro compra más aparatos podría colocar sus sistemas.
“Sus ventajas son infinitamente superiores a las limitaciones que puede tener debido a su peculiar sistema de invisibilidad. En cualquier caso, no me gustaría volar contra un avión como éste”, sentencia un piloto antes de perderse en el anonimato.
Imagens: Una piloto israelí (Sal Emergui)
F-35
Sem comentários:
Enviar um comentário